miércoles, 26 de junio de 2013

CAPITULO II, Retorno.


 

        

                                                              CAPITULO II

                                                                   Retorno

 

 

 

            Hoy el día es como otro cualquiera, radiante con una luz que entorna mis ojos cubiertos de legañas y en el que como todos los días me levanto del jergón con los gritos de mi madre Rufina desde la cocina de la casa, miserable vago y holgazán, levántate… son las cinco de la mañana y tienes tareas que hacer, las vacas te esperan en el prado y las gallinas y cerdos esperan que los atiendas, deja de rascarte la cabeza y tomate la leche que tienes en la mesa pero no te comas el trozo de tocino pues tus hermanos tienen que alimentarse también.

            A mis doce años el mundo es pequeño, todo es una rutina diaria y un fastidio cuando los mayores son quienes lo controlan, no he terminado de tomar esta leche espesa y con grumos de nata que flotan en el cuenco cuando siento un golpe detrás de la cabeza que al inclinarse salpica un diente como un perdigón hasta el suelo, ante mi estupor y sin poder recuperarme siento la risotada áspera de mi hermano mayor Tomasito, a él no le gusta que lo llamen así pues a sus diecisiete años ya es un hombre, es el mayor de mis hermanos, solo dos niñas más pequeñas, Teresita y María que aun es un bebe llorón y sin pelo. Nunca he comprendido a estas criaturas pequeñas, quizás por falta de tiempo con mis tareas no me he dado cuenta que el tiempo sigue pasando y yo me siento mayor.             

            Hoy decididamente no empiezo bien el día, mi orgullo herido por mi hermano y con un diente menos, noto el sabor a hierro en mi boca y sin mediar palabra me limpio con la camisa hasta el codo con restos de mocos y alguna lágrima, sobre la mesa Tomasito deja caer dos conejos esqueléticos atados por las patas para colgar de su morral, sus caritas dejan ver una sonrisa con apenas los dientes pequeños asomados en un tupido pelaje y bigotes inertes. Los ojos, si los ojos me llaman mucho la atención son como cristales marrones sin brillo que me miran como si preguntaran ¿por qué? no lo sé, hay cosas que no entiendo pero si se que están muertos y que hoy será un día de fiesta en casa por comer carne, mi madre sonríe orgullosa de su hijo mayor y con su ayuda le quitan las flechas a los conejos para posteriormente despellejarlos, ojalá no me toque esa tarea pues pienso el dolor de los animalitos.

             No espero seguir siendo el centro de atención y en un despiste salgo al exterior para ir a las letrinas del patio, tanto ajetreo me afloja mi reseco estomago para evacuar la cena de anoche, nada especial, un plato de judías de la huerta con una patata flotando en una agua turbia templada y con cosas flotando que no he querido averiguar, quizás el retortijón de mis tripas sea por las peras que robé y comí de las tierras de D. Florián nuestro vecino de comarca, vive a unos kilómetros de casa y tiene unos árboles frutales tan altos como una casa. Muchas noches con la luna llena he ido con mis amigos de juegos a probar fortuna para calmar nuestros hambrientos estómagos, el hijo del Tuerto, Carlos el Piojoso, Lucas Patapalo y mi mejor amigo El Lentejita, este último se ganó el mote porque después de tres días aun tenia la cáscara de una lenteja pegada en sus dientes, su madre enviudó cuando el apenas era un mocoso y desde entonces somos compañeros de jornada, hay días que me acompaña a pastar la vacas en el prado y así hablamos de cosa de hombres y el futuro que nos espera. Lo mejor de nuestras travesuras es cuando D. Florián suelta a los perros para que nos persiga por la finca, casi siempre escapamos entre risas y chanzas hasta que un día alcanzó a morder a Luisón el hijo de la tendera del pueblo, a partir de ahí paso a ser Luisón El Mocho por faltarle dos dedos de la mano.

            Vivimos en una casa apartada de caminos muy cerca de altas montañas donde los inviernos son de lluvias que duran muchos días en los que no puedo salir de casa, son los peores meses en los que las nubes cubren con una intensa niebla todo el paisaje sin apenas poder ver donde pisas con el peligro de caer por profundos barrancos con grandes rocas y frondosos bosques tenebrosos en los que en ocasiones me provocan escalofríos, dice mi madre mientras hace la comida en el fuego de casa que en esta época según le enseñaron a ella cuando era apenas una niña las fechas del año con los cambios de luna es cuando aprovechan las animas errantes para llevarse a los niños hasta las oscuras cuevas a los niños desobedientes para posteriormente asarlos como lechones y devorarlos, cuando nos reunimos en casa al calor de la chimenea mis hermanas pequeñas lloran al escuchar estas historias, a mí, me encantan e intento no mostrar miedo al oírlas y no me atrevo a confesarle a mi madre cuando me he escapado de noche haber escuchado en el bosque quejidos y lamentos hasta erizarme todos los pelos del cuerpo.

            Conozco bien estas tierras, cuando en el horizonte asoman las primeras nubes del invierno mi madre al alba me prepara un pesado saco con grano para llevarlo al pueblo y cambiarlo por herramientas, alimentos o telas que previamente mi madre ya había acordado como todos los años con un comerciante del que desconocía su nombre, si lo había visto en casa hablando en alguna ocasión con mi padre durante mucho rato y lo que siempre me había llamado la atención eran sus gestos, daba la impresión que en sus largas conversaciones calculaba sus movimientos como ya había visto a las fieras antes de enfrentarse, calculando los puntos débiles de la presa para un próximo ataque, quizás tan solo se trataba de mis imaginaciones ya que nunca perdía de vista sus manos, en su cintura colgaba una larga espada casi tan grande como yo.

            Recuerdo en una ocasión mientras observaba escondido en casa de puro aburrimiento estar con el oído afinado para saciar mi curiosidad por lo que allí se hablaba, no es que me interesara de ninguna manera, tan solo se trataba de imaginarme tan astuto como un gato, cuál sería mi sorpresa cuando de repente me vi en el aire casi sin poder tocar con mis pies en el suelo, mi hermano Tomasito me agarraba de la oreja hasta levantarme de donde estaba, recuerdo aún después de tanto tiempo mi cara de estupor al mirarle su mano para ver si tenía mi oreja como trofeo, con el tiempo aprovechaba el reflejo del agua en el rio impresionado pensando que ya tenía una oreja mucho más grande que la otra.

            Fueron muchas las palizas que me llevé siendo niño, casi siempre merecidas por mis continuas andanzas, otras en cambio me las daban en previsión de mejorar mi carácter haciéndome más dócil, recuerdo llorar desconsoladamente en las cuadras al lado de un pequeño burro viejo que también al igual que yo había probado la indignidad de unos buenos palos en las costillas. Siempre en compañía de mis amigos compartíamos experiencias aprendiendo de todos los misterios de un mundo hermético a los ojos inquietos de los niños, por supuesto teníamos la curiosidad natural por el otro sexo, las mujeres, para algunos de nosotros el instinto de la virilidad aún permanecía dormido ya bien sea por la edad o por estar tan desfallecidos de hambre y cansancio que apenas nos quedaban fuerzas para otros menesteres placenteros de la carne, para algunos de nosotros las mujeres eran madres, cumplían su trabajo en el campo, nos daban de comer, nos cuidaban de peligros y nos atizaban unos buenos cogotazos que se nos salían los ojos del golpe, pero las niñas de nuestra edad eran otra historia, siempre lloronas y melindrosas, les asustaba cazar ratas con nosotros y le daban miedo robar huevos en los nidos trepando a los árboles.

           

           

             Apenas era un renacuajo pero desde que aprendí a dar los primeros pasos era difícil que algo o alguien pudiera mantenerme quieto en algún sitio, mi madre decía que posiblemente tuviera lombrices en el culo y cada vez que intentaba averiguarlo procuraba no aparecer por casa hasta que mi madre buscaba otro quehacer, incluso podía pasar inadvertido con otros niños mayores por mi gran estatura, las labores del campo fortalecieron mis músculos y sobre todo mi incansable curiosidad, recuerdo con una sonrisa en una ocasión ya bien entrada la noche encontrarme cerca de la taberna del pueblo sentado en la puerta escuchando lo que hablaban los adultos. Un lugar donde se reunían muchas tardes hombres de toda condición social, unos soltaban las monedas de sus oscuros negocios y otros ahogaban sus penas el olvido de la bebida y la posterior borrachera, el caso fue escuchar como entre ellos se animaban a seguir divirtiéndose con las rameras, eso despertó mi imaginación al pensar que quizás existieran mujeres para poder jugar aún siendo mayores en andar subidas a las ramas y conseguir huevos de pájaro como hacíamos cuando apretaba el hambre.

            Afortunadamente siendo un niño tenemos el cuidado de no preguntar a sabiendas que las consecuencias por espiar puede conllevar a una paliza por lo tanto lo olvidé hasta años después cuando los sueños y las realidades de la vida tornan a sabores amargos, experiencias que jamás volverán e ilusiones que flotan en una mente ansiosa por averiguar los grandes enigmas de la condición humana.

CAPITULO I, Despertar.


 

 

 

                    Despertar


 

                                                           CAPITULO I
                                                              Despertar

 

 

 

 

           Aún no termino de despertar del sueño que invade mi mente, me siento aletargado por una parálisis que desconozco y tengo que concentrarme para moverme poco a poco, observo absorto mis manos, es curioso creo que a todos nos sucede que miramos asombrados nuestras propias manos para reconocer que siguen siendo parte de la realidad de nuestro cuerpo, con ellas desde que tenemos uso de razón son el primer instrumento con el que nos llegan muchos descubrimientos de nuestro entorno, con ellas recibimos sensaciones en nuestra cabeza para interpretar incluso en la oscuridad la seguridad de sujetarnos a una fugaz caída al abismo, manos con cicatrices, ásperas, de piel quemada por la intemperie y sucias de tierra rojiza, una calma tensa se respira en el aire tan solo interrumpido por el zumbido de un moscardón que planea sobre mi camastro, apenas una techumbre de madera cubierta con hojas secas de palmera me deja ver que esta amaneciendo dondequiera que me encuentre ahora, sensaciones de calor intenso y mareo con olores espesos y cargados que no me son familiares y me provocan un acceso violento de tos al intentar incorporarme, sangre... sangre oscura y viscosa cuelga de mis resecos labios en un hilillo que llega hasta la sabana que me cubre formando un charquito sobre mi pecho descubierto.

         Ahora intento quedarme quieto hasta que la cabeza deje de machacarme para volver a la realidad en la que me encuentro... ¿realidad ?... ¿quién soy? una venda cubre mi frente y perlas de sudor frío recorren mi cuerpo en un estremecimiento de puro terror, la supuesta realidad cae sobre mí como un hacha que me corta la respiración, convulsiones, jadeos y temblores, mis ojos parecen salirse de las órbitas con la falta de oxigeno y de mi boca desencajada  no sale sonido alguno.

         En el poco tiempo que dura esta agonía pienso o quizás viva nuevamente la sensación de que algo ó alguien habita en mi cabeza, esas voces y sonidos que quiebran mi voluntad dando la orden con un firme propósito que retenga lo que vivo, que no olvide lo que veo y que escriba todo lo que siento con sus detalles.

          Aferro lo que oprime mi sudoroso cuello cortándome la respiración... entre vueltas y contorsiones tengo enredado un negro cordón de lo que parece piel de cerdo con un crucifijo en su extremo. Solo puedo al tacto imaginarme como es ya que no tengo fuerzas para volver a incorporarme, una pieza de tosco hierro en forma de cruz con oxido en una de sus esquinas... ¿qué significado tiene todo esto y quién soy?... dudas y más dudas, calma, tengo que intentar recuperar la cordura a pesar de la presión que oprime mi cabeza y el dolor que me invade mi brazo vendado. Me abandono por la fatiga y me dejo arrastrar en un profundo sueño donde la oscuridad solo es habitada por espíritus que me guían en un espacio aéreo y en el que me veo desde el techo postrado en unas tablas y cubierto por una lona manchada. Estoy muerto?...no tengo respuestas pero si estoy viendo mi propio cuerpo ó eso creo, un hombre delgado de piel cetrina, blanco como la cera a excepción de brazos y pies negros, costrosos y sucios. Mi cara ó eso creo que es, contrasta con el resto por su tez tostada, nariz aguileña y marcada mandíbula rodeada por una capa espesa de barba hasta la altura del pecho.

        Veo una luz intensa y blanca en lo que parece el final de un túnel de humo pero la sensación no es real como hasta yo me puedo imaginar es difícil de explicar pues la calma invade mi interior, quizás sea mi alma que intenta buscar su liberación ó yo solo soy un espectador de un fenómeno que no entiendo ó soy incapaz de interpretar... Dios que me sucede? que es todo esto?... me ciega esa luz tan blanca, oscuridad, negrura, calma, el vacío.

        Oigo a una cierta distancia las voces de una muchedumbre hablando a voz en grito con diferentes tonos y distintas lenguas de las que puedo entender palabras sueltas, intento mantenerme quieto a la espera de discernir entre el sueño abotagado de mis sentidos y la intensa nausea que retuerce mi estomago, siento en mi frente un golpear acelerado y constante, mi mente se abre paso para indicarme que tan solo se trata del corazón latiendo desbocado en mi pecho y por instinto sin ser plenamente consciente de ello me concentro frunciendo el ceño para encontrar la calma física en mi propio cuerpo, una sensación en la que todos mis músculos entran en armonía con los mandatos de mi mente, poco a poco me doy cuenta que mi pulso baja la frecuencia cambiando a la tranquilidad de una respiración lenta y pausada, siento el abandono de todo lo mundano que me rodea transportándome a nuevas sensaciones, percibo fragancias florales, un cielo azul con una brisa acariciando mi piel, un sol que me adormece mientras avanzo por una pradera de fina hierba húmeda caminando sin sentir el cansancio, creo conocer este lugar, no es la primera vez que encuentro la paz en esta soledad que me rodea y  la vez sé que no estoy solo, alguien me ha guiado acompañándome con sus enseñanzas, puedo controlar la esencia de mi propia naturaleza humana, aquí no existe el dolor, mi mente toma el mando conectando con un mundo diferente del común de los mortales, intento gritar y nuevamente siento hinchar las venas de mi cuello del que me aferro sintiendo la presión de mis manos sin conseguirlo como un poseso desesperado, en uno de esos intentos caigo con estrepito contra el duro suelo con agudos pinchazos de intenso dolor, la cabeza me da vueltas con un torbellino de pequeñas lucecitas de noche oscura y estrellada, sin querer mis ojos se llenan de lagrimas impidiéndome ver quien se acerca, oigo unos pasos presurosos en mi dirección.                             

         Una sacudida me retuerce y... ha sido una bofetada? siento el aliento en mi cara de una pestilencia de ajo, ajo? siento la presión de unas garras clavadas de mis brazos y la sacudida de quizás el propio demonio para arrastrarme a los mundos del infierno.

          !!! Hermano Pedro despierte ¡¡¡, sí, estoy vivo o eso creo, alguien me reclama a esta vida de penuria en la que trozos de imágenes vuelven a rebotar en mi cabeza con el espanto al contemplar tan fea cara sobre la mía y al que creo recordar  como hermano Serafín, mi amigo confesor y compañero de aventura, ¿pero que le ha pasado? ¿ os dais cuenta lo mal herido que estáis? me acuna entre sus brazos y aspiro el olor rancio del contacto de su cuerpo, me inquieta reconocer el aroma sudoroso del miedo,  manoteo en un esfuerzo inútil para preguntarle que me sucede intentando ver en sus ojos una respuesta que me tranquilice, él reacciona sujetándome con fuerza colocando uno de sus dedos sobre sus labios dando a entender que permanezca callado y tranquilo.

            Me ayuda con unos gruñidos a incorporarme haciendo enormes esfuerzos en ello, soy mucho más alto que él y después de un rato vuelvo a recostarme en lo que pensaba era un camastro, descubro con estupor que se trata de una mesa de grandes dimensiones, paños sucios y una palangana de agua rojiza al pie de la misma donde los moscardones zumban golosos de su pestilencia.

 Me observa con una mirada llorosa reflejo de su inquietud y me pregunta ¿acaso no me reconocéis? soy vuestra única familia y he temido por vuestra vida, lleváis varios días inconsciente entre la vida y la muerte hablando entre sueños en lenguas que desconozco con desvaríos propios de un endemoniado y bendito sea Dios he rezado en todo momento para que volvierais a vivir, mientras me observa trata de incorporarme para sorber un poco de agua de la que con ansiedad desmedida trato de tragar con mucho esfuerzo, mis labios resecos y cuarteados me provocan un dolor agudo y nuevamente mis manos intentan tocarlos para saber de su estado, tengo que asimilar lo que me acaba de comentar y hago un esfuerzo por recordar si he cometido algún delito merecedor del estado en el que me encuentro.

 ¿No tengo familia? Me cuesta poner en orden mi mente para buscar una nueva decepción acompañada de un estado de abandono, veréis Pedro, continúa diciendo, es posible que en vuestro estado no recordéis muchas cosas que nos han sucedido, evitad esforzaros en preguntar, no podéis hablar, ¿Qué? Mis ojos contemplan atónito a este hombre vestido con un hábito y la cabeza cubierta con una capucha, ¿un monje? Tengo que pediros perdón, me dice con cara de arrepentimiento manifiesto en su cara, pensé que no volveríais y ya tenía preparado todo para vuestro último viaje con nuestro creador, me preocupaba encontrar un lugar sagrado para dar el merecido descanso a vuestra alma en esta tierra de infieles tal y como habíamos hablado antes de que todo esto sucediera, espero que con descanso y oraciones volvamos a continuar nuestro camino hasta que el destino nos llame al reino de los cielos.

              Pero antes de continuar con la realidad que vuelvo a sufrir tendré que volver a mis orígenes para reordenar mi mente y espíritu, hallar respuestas a todo esto que me confunde y no acabo de entender.

lunes, 1 de octubre de 2012

CAPITULO LXIX, Epílogo.


                                                                  CAPITULO LXIX
                                                                           Epílogo

 

            Lamentamos comunicarle nuestras condolencias por el fallecimiento de Mrs. Aurora junto a su marido en la fecha 11 de Septiembre del año 2001 en trágicas circunstancias, un día que jamás olvidará nuestra querida nación por los atentados perpetrados contra la ciudad de Nueva York y contra el estado soberano de Estados Unidos de América, Dios los tenga en su gloria. Este era el resumen aproximado de la terminación de la carta recibida en mí correo electrónico, me quedé absolutamente helado, me sujetaba la cabeza mientras esperaba equivocarme en la sensación de vacío que sentía, todo se vino abajo, en mi cabeza se produjo un corto circuito al desplazarme hasta la cocina y apagar como un autómata el botón de la placa de inducción retirando la comida que empezaba a llenar de suculentos olores capaces incluso de deleitarme antes de sentarme para disfrutar de su sabor. El día había fallecido fundiendo de esperanzas mis ganas por cualquier actividad que no fuera acostarme en mi habitación a oscuras, soy alérgico a la cama si no se trata de dormir, nunca he tenido costumbre en descansar en la siesta, era absolutamente reacio a perder el tiempo mientras el mundo no dejaba de girar y yo de perseguirlo en busca de conseguir una inversión que llenara mis momentos de asueto.

            Nadie se enteró de mi ausencia del mundo de los vivos, de noticias, problemas, del sol o de las nubes y así permanecí aproximadamente una semana desconectado absolutamente de todo, aborrecí internet odiándolo como si fuera el enemigo, me sentía herido y ausente intentando establecer una cadena de acontecimientos en los que pudiera entender porqué Dios permitía actos tan espantosos, por supuesto aquel acto de terrorismo infame ya era una parte de la historia negra del mundo y sus mierdas de guerras y matanzas por liderar fanatismos con un fondo religioso, valientes hijos de perra, Dios los maldiga a todos por ser tan descerebrados e inculcar su veneno de intolerancia incluso a sus propios hijos. Asco de mundo, me daba cuenta que a medida que las nuevas tecnologías nos invaden cada vez tenemos menos sensibilidad por tanta crueldad en noticias e imágenes, mercado del morbo en el que todavía se practican los golpes de pecho entonando el mea culpa al mirar al cielo mientras con la otra mano acusan, denigran, humillan y critican al vecino sin cargos de conciencia y sin pudor.

            Ahora con los años transcurridos los hechos no tienen remedio, pensaba el horror de un día supuestamente como otro cualquiera en una de las muchas oficinas con las que Aurora supervisaba reuniones de negocios de diferente índole junto a su marido, pienso en el instante de percibir una explosión brutal con un fogonazo con forma de destello blanco, un pitido tan intenso que revienta los tímpanos para a continuación flotar en la inmensidad del vacío eterno, tan solo me puede consolar la fugaz esperanza de que tanto ellos como otros que perecieron no les dio tiempo de ver como la muerte se los llevaba con las negras alas del odio de sus asesinos. Pero fue otra la realidad, sacando fuerzas por saber la verdad de mis amigos con el tiempo supe que la verdad incluso pudo ser peor y no tan sencilla.

            Aurora junto a su marido cogieron el vuelo 11 de la compañía American Airlines en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston a las 8.00 h. con destino a la ciudad de Los Ángeles, un Boeing 767 con 92 pasajeros, se disponían a visitar a unos amigos venezolanos residentes en Estados Unidos desde hacía poco menos de un año. Veinte minutos después del despegue la azafata informa a la torre de control la alerta de secuestro del aparato que en esos momentos ya pilota uno de los terroristas haciéndose con el control del aparato, tan solo transcurrieron cuarenta y seis minutos y treinta segundos para que el avión finalmente fuera incrustado en la torre norte del World Trade Center con la conmoción posterior al contemplar la macabra escena en todos los lugares del mundo. En este vuelo cinco terroristas, cuatro de ellos de Arabia Saudita y uno egipcio, todos integrantes de la red yihadista Al-Qaeda. Por respeto en la memoria de tantos inocentes no haré más reseñas sobre un acto que considero el peor que he visto en mi vida y del que pensé nos avocaría al borde de la tercera guerra mundial, afortunadamente a pesar de las represalias posteriores en continuar con la barbarie muchas acciones encubiertas por asesinatos que los gobiernos implicados se encargarían de tapar no verán jamás la luz evitando con ello el asco por tantas y tantas muertes injustificables.

            ¿La gran pregunta? ¿Y después qué? nada, la vida continúa, el tiempo pasa y las heridas dejan de doler por ser ya en estos tiempos algo inherente al ser humano, vamos demasiado deprisa buscando encontrar incluso algo tan simple a la vez de complejo en su entendimiento como la esencia de conocernos a nosotros mismos, que gran paradoja, tantos avances mundiales en cualquier tipo de ciencia ficción y nos hemos dejado atrás la semilla de la creación de Dios, el alma del ser humano, supuestamente el ser humano a viajado a través del espacio hasta aterrizar en la luna sin previamente encontrar la estrella en nuestros corazones. No confundan mis palabras con alguna devoción por la religión, nuevamente repito que no soy seguidor ferviente de ninguna rama creada por el intelecto humano para dirigir oscuros intereses personales como a la larga nos desvela la propia historia. Por un momento me veo divagar en poesía filosófica barata a inútil sabedor que cada uno de los que puedan leer estas palabras tienen culturas, creencias y convicciones totalmente opuestas a las que formulo en mis divagaciones mentales, pero, con todos mis respetos, no opines lo que no te ha tocado vivir, una genial frase moderna y rotunda sobre los obstáculos que he sorteado en mi agitada vida y que quizás otros la puedan haber sufrido de forma diferente.

            Hablo en primera persona confesando una pequeña parte del hilo que vamos dejando tras nosotros y no del cumulo de tramas que componen la madeja en tantas ocasiones que no merecen ver la luz ante ojos profanos. Quienes me han conocido y lean tantas barbaridades me verán identificado en todo lo que cuento, muchos de ellos fueron los artífices de manifestar con su ánimo que plasmara por escrito episodios puntuales hoy encadenados de una cierta coherencia no exenta de los típicos errores por no tener una escuela que me guiara a corregir mis defectos escribiendo, lo que si tengo claro es, a pesar de todo, no renuncio a intentarlo soportando las críticas como algo constructivo en mi intento por aprender, son necesarias las opiniones contrarias  de vez en cuando para bajar el ego, reconozco en la mejor fórmula para narrar algo con sentimiento es sentirse lo bastante humilde para aguantar un chaparrón de quienes entienden de libros.

            He leído con verdadera pasión las palabras escritas por el misterioso fraile de sus andanzas por tantos lugares del mundo, al llegar a los capítulos en los que hace referencia a su estancia en Gran Canaria me he quedado estupefacto, no puede ser, me repito una y otra vez, en cuantas ocasiones habré compartido los mismos pasos por lugares en los que él visitó, se lo comento a mi esposa y por consiguiente a mi hija a las que huyen cada vez que nombro el siglo XVI, mi mujer me recrimina por la obsesión provocada en mi pasión desmedida en sus páginas, me pregunta ¿a quién le puede interesar esas tonterías? No tengo respuestas a eso, en casa ya están acostumbrados a pensar que estoy poseído o sencillamente gilipollas sin remedio. ¿Cuántas veces habéis deseado una vida de emociones o que simplemente suceda algo inquietante para dar sentido a la rutina y el aburrimiento? Yo ya creo haber experimentado una emoción transmitida por un dossier del pasado y sería muy egoísta por mi parte destruirlo u ocultarlo al mundo.

            Vuelvo a pensar en el azar de acontecimientos o quizás como leo en los capítulos finales de la historia del monje en señales, es donde descubro e intuyo de sus pesadillas convirtiéndolas en mías, me inquieta, las noches ya no son iguales desde que terminé de leer sus andanzas, ha sido una experiencia in crescendo al intensificar su propia madurez a medida que hacía nuevos descubrimientos, reconozco haber aprendido muchas cosas que desconocía, en la completa oscuridad de mi habitación le doy vueltas a tantos misterios que encierran palabras aturdiendo mi intelecto hasta agotarme para dejarme dormido y exhausto, tengo sueños de los que me cuesta recordar, no, nada de cosas extrañas tan solo tener la cabeza con ideas y temores por tantas coincidencias, permitidme no confesarlo todo por ser estrictamente personales e incluso difíciles de entender o explicar por escrito, piezas de un puzzle de fragmentos acaecidos hace muchos años y que nuevamente pueden ser tan solo casualidades.

            Retén lo que vivas, nunca olvides lo que veas y escribe lo que sientas con todos sus detalles, siempre habrá alguien que pueda escuchar la historia de tú vida. Medito sobre ésta frase en las memorias del fraile mudo, es curioso, hasta la fecha jamás había leído la vida de alguien carente de voz en la que me imagino su impotencia para dejar su herencia de sacrificio por los demás en tan solo palabras, actualmente vivimos la era de los avances tecnológicos cuando lo realmente importante es el ser humano en su integridad, sin minusvalías para poder competir en una sociedad tan depredadora, mercadillo de marcas, novedades, intereses y egoísmos por tener siempre objetos que puedan saciar lo que interpretamos por felicidad. Ahora entiendo el mensaje con el que me advirtió Aurora en su carta, he leído en varias ocasiones muchas partes de la vida de Pedro de León para intentar desmenuzar mensajes adaptándolos a pesar de los años a mi vida cotidiana rescatando de ellas mensajes subliminales, el primer capítulo lo publiqué el 23 de Febrero (una fecha importante en la historia de España) y desde entonces el latir constante en forma de parpadeo de la pantalla del ordenador consigue rellenar las lagunas mentales con las que razono por entender.

Mil gracias a todos los que por curiosidad visitan los 69 capítulos que componen esta historia, a partir de ahora me quedaré vacío de sensaciones, huérfano de compañía en la emoción sincera por ver estadísticas en un gráfico. Asombrado en que el mundo sea tan inmenso, entiendan que no soy tan estúpido, me refiero a la cantidad de almas sedientas en leer un mensaje sin ánimo de conseguir beneficios, ya los he conseguido créanme, gente con espíritu crítico y no por ello creadores de optimismo por la lucha humilde de nuestros sueños individuales, es hora de cerrar capitulo, contemplo el pendrive y me fijo en unas letras escritas en chino, 中国制造, 

 Retiro el dispositivo del ordenador con una última duda que tomo como reflexión personal, ¿seré victima de mensajes del pasado en paranoias que traicionan las bases de mi propia cultura? ¿O puede que se trate sencillamente de los cuentos de un loco?...   

             

                                                         THE END      
                                             Así queda más guapo, como en las pelis.     

 

 

 

 

             

           

  

domingo, 30 de septiembre de 2012

CAPITULO LXVIII, El burro flautista.


                                                           CAPITULO LXVIII

                                                             El burro flautista

 

 

            Evoco como casi siempre los comentarios de mi padre, él me decía que las personas que hablan poco pueden llegar a ser peligrosas, un comentario simple en su elocución pero con interpretaciones para pensar, siempre me decía, cuidado con aquellos aparentemente tranquilos, suelen apaciguar sus ánimos tragando y enterrando en su interior tristezas y amarguras sin demostrar animadversión por quienes los ofenden, pues ellos hijo cuando les colmas el vaso pueden manifestar una violencia reposada en un caldo tan espeso y concentrado que es conveniente alejarse lo antes posible. Reconozco verme entre este tipo de individuos, soy muy pacifico, metódico y tranquilo, pero el que consigue hincharme los testículos puede recibir como premio el bingo acumulado y en los casos de mantener la imagen de frío y sin sentimientos también se rompe con situaciones en las que no se puede aguantar más consiguiendo apaciguar las llamas que abrasan por dentro llorando el desahogo por el sufrimiento.

            Con el transcurso del tiempo hago partícipe a mi hija en el proyecto que se me cruza por la cabeza, me anima, ella con su atrevimiento, su coraje y su sentido común no exento de una gran paciencia por las paridas con la que la sorprendo con mi imaginación agresiva y contundente,  se asombra por la cara dura que tengo en mis intenciones por publicar en internet, algunos comentarios de mis publicaciones los califica como bizarros, me gusta documentarme con palabras de moda y esta llega a sorprenderme o incluso ofenderme por lo que considero como insulto, pero soy así y lo asumo como una etiqueta en mi forma de ser, con paciencia me explica lo fundamental en el uso del pendrive al rescatar la información que contiene y créanme, comienzo a descubrir un mundo oculto que a la vez me ofrece un universo de posibilidades en el teclado.

            Juntos hemos leído compartido, disfrutado, discutido y repasado el contenido del primer capítulo DESPERTAR, un inicio extraño y novelesco, a medida que avanzo en mi lectura comienzo a darme cuenta de lagunas en su contenido, carencia de datos lugares y fechas, sospecho que quien se encargó de la traducción pasó por un filtro de censura desconociendo el motivo, hay frases y párrafos de difícil lectura por la incoherencia en su entendimiento, lo que sí me ha impactado el vuelco en sentimientos con los que su protagonista me involucra en su forma de percibir un entorno tan desconocido, pero es muy extensa y desgraciadamente me sobra el tiempo para saborearla en todo su contenido. En mis coqueteos con internet se me ocurre una idea complicada, apelaré a la ayuda de mi hija para intentar localizar a Aurora, con muy pocos datos mi hija me da las instrucciones en dirigir mi búsqueda advirtiéndome si creo buena idea intentar localizar a alguien que conocí hace más de treinta años.

            El mundo se comprime en redes sociales, espionaje industrial, grabaciones de datos, noticias en periódicos y direcciones para cualquier asunto que caiga en sus múltiples redes, siempre quedan testimonios o pistas a seguir, son como las huellas  no puede ser tan difícil, tanto Aurora como su marido son poseedores de una fortuna en negocios en Estados Unidos, residían en Nueva York quizás cerca de la sede central de sus oficinas, dispongo de nombres completos y apellidos, tan solo cuento a mi favor con la paciencia y la tenacidad de enlazar recuerdos dormidos y nuevas emociones por saber de su vida actual, la imagino con hijos y seguramente nietos. Cuando me empeño por un proyecto suelo ser muy persistente y con mi esfuerzo le demostraría a mi hija que no soy tan tonto como pueda aparentar, tendrán que aparecer por algún lado y de no conseguirlo recurriré por carta a las amistades comunes que ya teníamos en aquellos años, cuando esto suceda intentaré mantener una conversación con Aurora para exponerle mis intenciones de publicar todo en internet.

            Me he metido en un buen lío, a veces me quedo observando la pantalla del portátil hipnotizado en el parpadeo donde acaba o empieza alguna frase y me quedo en blanco, ¡¡qué difícil es escribir!! Las musas me abandonan y colman mi paciencia cuando veo pasar días, semanas, incluso meses revisando como un autentico maniaco el correo electrónico, he dudado si ejecuto correctamente las acciones para enviar tantos correos a tantos lugares como he podido, casi todos en los que según recuerdo pueda encontrar pistas sobre Aurora y su marido, se lo hago saber a mi hija preocupado por no obtener respuestas, sabedor de mi hándicap por no escribir el inglés prefiero no recurrir a mi hija, ella es paciente pero reconozco que no debo ni quiero absorber su tiempo ocupándola en un asunto tan delicado, procuro razonar y entender de mi impaciencia cuando me ofusco en obtener respuestas sin darme cuenta que el mundo está ocupado tratando de ser útil en cualquiera de sus obligaciones, sería muy egoísta por mi parte pensar que soy el ombligo del mundo al ser tan impaciente, creo en la prudencia por abandonar mi búsqueda consciente de permanecer tantas horas delante de un ordenador esperando un milagro con el que me siento humillado y derrotado.

            Cuanto echo de menos a mi padre, que difícil tarea cuando asumes de pleno tamaña responsabilidad asumiendo que ahora eres el protagonista para dejar como herencia lo mejor de tu carácter, una dualidad enmarcada en la lucha por evolucionar en tus propios valores intentando mantener la entereza por momentos en que la duda atenaza tu mente por saber de tus propias decisiones, cuantos recuerdos de su extenso refranero, de sus largas charlas de sobremesa y cuantas coletillas que hoy hago mías, no existe mayor herencia que su ejemplo, hombre versátil de múltiples aficiones, cultura de la calle y universidad de la vida, una enciclopedia de refranes ya hoy obsoletos pero de la genialidad al encontrar en cada momento la frase correcta con la que todos en casa disfrutábamos de la libertad para reírnos hasta soltar lágrimas, permitidme vagar en mis recuerdos con una interrupción que viene relacionada con lo que escribiré a continuación, rescato una coletilla a tenor de las casualidades que él me recitaba y yo por supuesto me envenenaba.

            Cerca de unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad. Una flauta en ellos hallo que un zagal se dejó olvidada por casualidad. Se acercó a olerla el dicho animal y dio un resoplido por casualidad. En la flauta el aire se hubo de colar y sonó la flauta por casualidad. ¡Oh! Dijo el borrico, ¡qué bien se tocar! ¡Y dirán que es mala la música asnal! Sin regla del arte borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad.

            Disculpen la broma con la que mi padre intentaba darme una lección de ser perseverante porqué de lo contrario, si no existe un esfuerzo previo tampoco se recibe la gratificación al tiempo y la tenacidad invertida en el empeño para dejar soluciones a la casualidad, pues bien, muchas obligaciones diarias me habían mantenido apartado de las redes sociales olvidando o postergando esperar contestación a la infructuosa búsqueda de Aurora hasta que un día marcó definitivamente un antes y un después en las muchas sorpresas con las que te sacude la vida. Fueron muchos meses de enviar correos electrónicos a una especie de purgatorio donde descansaba mi ansiedad por saber y cuando menos me lo esperaba apareció.

            Un correo frío y despiadado, recuerdo ver su cabecera con escudos de nombres difíciles de escribir y pronunciar típicamente americanos, letras en negrita que destacaban la importancia de la oficina de donde procedía, creo recordar de una empresa de exportación e importación de equipamiento militar, al principio me sorprendió y pensé que se habían equivocado con el destinatario ¡¡y una mierda!! Venía muy claro a mi nombre en una carta exquisitamente redactada, como corresponde al recibir unas noticias delicada me advertían la prudencia por no revelar la fuente de información  a la solicitud recibida por mí, apelando a la confidencialidad en la respuesta por parte de ellos. Ya de entrada sentía el respeto por quien a mí se dirigía en esos términos, me trataban con una cortesía depurada con las típicas frases que dicen mucho y al final no valen para nada hasta llegar al meollo de la cuestión, es como sazonar un guiso hasta que lo pruebas y te quemas la lengua. Daban a entender y se excusaban por la tardanza en responder hasta no averiguar quién era yo y de que conocía a Mrs. Aurora, leer esas palabras me provocaron un retorcer de estomago preguntándome en qué carajo me había metido, sentía con inquietud las advertencias de mi hija, ¡¡papa ten cuidado a quien te vas a dirigir para que no te metas en ningún embolado!! Mentalmente repasaba las indagaciones con las que había solicitado información con el máximo respeto y utilizando palabras sencillas y directas, quien redactó la carta creo confundía las Islas Caimán paraíso fiscal en cuentas bancarias de dinero procedente en muchos casos de negocios sucios con las Islas Canarias las que y lo digo por experiencia muchos suponen estar flotando con las Islas Baleares. Empezaba a acojonarme (descripción lingüística vulgar en dolores en los testículos).

sábado, 29 de septiembre de 2012

CAPITULO LXVII, Conexiones con el pasado.


                                                                      CAPITULO LXVII
                                                                Conexiones con el pasado

 
 

            ¡¡Vale, bueno!! Es posible que exagere un poco pero el noble arte de la caligrafía hablaba de quien lo había hecho, hablaba de su personalidad tan solo por los rasgos característicos en la escritura, se transmitía una parte de cada uno por preservar la propia identidad y la personalidad de su autor. Tranquilos, ya le he dado la vuelta al sobre y me quedo asombrado con lo que contemplo, vuelvo a rebobinar en mi cabeza lo que ya no esperaba, el remitente, con una caligrafía excelente y depurada ha preferido hacerme llegar un sobre dedicando su tiempo y manteniendo un estilo de secretismo obsoleto para hacerme sabedor de su existencia, un sobre enviado por Aurora con treinta años de atraso en mi actual vida.

            He tenido que sentarme en la soledad de una casa que respira silencio con una calma de presagios guardados ante el mundo e invisible a la lucha interna por contener las emociones del hallazgo, palpo el sobre como el niño que intenta averiguar la sorpresa de su interior, soy consciente que al abrirlo se difuminará la ilusión, ya no existirá la magia infantil por saber de su contenido, descubro un bultito de algo duro en su interior mientras abro con cuidado el precinto con el que está cerrado, por la imprimación de los sellos de correos se me hace imposible averiguar en qué fecha enviaron el sobre y el remite corresponde a una dirección en Nueva York, posiblemente de una oficina tratándose de una zona financiera donde recuerdo me comentó Aurora tenían una de las muchas sucursales de la empresa multinacional que dirigía su marido, el gordinflón posiblemente amanerado que conocí hace ya muchos años.

            No puedo calificar de decepción al ver un folio escrito del puño y letra de Aurora, como es lógico la cabecera de la carta habla de los deseos por el bienestar por mis padres y familia en general que leo de un tirón sabiendo que la educación obliga a iniciar cualquier carta redactada con intenciones copiadas como un cliché impuesto de toda la vida, cuando escribió esa carta ella desconocía lógicamente que mis padres ya no viven y que incluso yo tengo mi propia familia por la que me desvelo en mantener lo más unida posible en unas situaciones cambiantes según aparecen nuevos problemas o sencillamente retos por los que luchar en una sociedad tan competitiva.

            Por su tipo de letra deduzco el nerviosismo al transmitir el mensaje, escrito con palabras muy marcadas en el papel en lo que demuestra la presión al sujetar el bolígrafo, a pesar de la pulcritud y el orden en renglones veo palabras que se diluyen perdiendo la natural conexión entre el cerebro que ordena y la mano que ejecuta la acción de escribir, me pone en antecedentes para recordarme la famosa Biblia que descubrimos y la extrañeza de no volver a saber nada de mí, me explica que por mediación de mi amigo Aurelio pudo conseguir la dirección de mis padres para contactar conmigo, hablaba de viajes que tuvo que realizar para encontrar a alguien de confianza para traducir lo que habían escrito en el sagrado libro. Tardó un tiempo en encontrar alguien de confianza y posteriormente obligarle a guardar secreto ante abogados e incluso un notario, absolutamente nadie podría revelar la historia escrita después de su traducción al alemán, un claro error ya que posteriormente sería traducida nuevamente al español viendo el origen de su protagonista, se trataba de la vida de un joven nacido en España en el año 1500 sus andanzas por medio mundo con descripciones detalladas de cómo se vivía en el siglo XVI, he leído hasta esta revelación y ya empiezo a sudar, me imagino al moderno de mi hijo si le cuento de que va este rollo y seguramente me dirá ¿qué me estas contando? ¿qué farra es esa? Viejito ¿alucinas? O ¿te has fumado un porro caducado?

            Rápidamente mi cabeza empieza a cavilar qué sentido tiene toda esta trama, ¿Qué tiene que ver la segunda guerra mundial con el siglo XVI? Vuelvo a releer la carta y no hay error, cada vez me veo más atontado y decido continuar leyendo, Aurora me repite continuamente que no me voy a creer algo tan inaudito, ¿porqué un prisionero judío iba a escribir un relato tan distante en el tiempo? Me siento agotado, reconozco comerme la cabeza con acertijos raros pero esto es un jeroglífico que me queda muy grande, paciencia me repito, termina de leer, Aurora me revela que se trata de un manuscrito posiblemente copiado del original, su protagonista, un jesuita atormentado por inquietantes revelaciones en la búsqueda de su propia identidad con un fenómeno acaecido siendo un niño, cada vez entiendo menos, Aurora me dice que ha procurado apelar a la garantía de que este sobre me llegara como un legado en muestra de agradecimiento, tendrás que leer el contenido completo para que emitas una opinión sobre algo que a mí me ha trastocado.

            Sacudo el sobre y cae en mi mano un pendrive, conozco estos cacharros por mis hijos, almacenan películas, videos, fotos, documentos y todas las mierdas con las que con sus amistades establecen sus mercadillos en informaciones encriptadas, coño, me estoy haciendo viejo para ver este tipo de avances tecnológicos y encima esta buena señora ¿se piensa que controlo esta vaina? En fin, continúo leyendo. Encontrarás todo el dossier comprimido en un pendrive que también acompaña esta carta, menos mal que me lo advierte, por su forma seguramente lo hubiera utilizado como un supositorio acabando por iluminar mi alma vía rectal, la lectura te resultará amena, pesada, intima, agresiva, terrorífica y un sinfín de sensaciones a medida que termines de leerla, ten paciencia para que puedas entender la totalidad de su contenido y te aseguro amigo mío que llegarás a asombrarte como lo he hecho yo, dispón de ella para lo que quieras, tienes mi aprobación para que hagas lo que creas más oportuno pero te advierto que si decides que vea la luz te aseguro nadie va a creer sus revelaciones.

            Arriesgas que caigan sobre ti fanáticos religiosos, teólogos, eruditos, historiadores y una larga cola de detractores por lo que vas a leer, puede resultar incluso peligroso, si opinas lo mismo destruye la memoria y olvídalo, me inquieta la conexión casual que puede implicarte en este manuscrito y temo por ti ¿implicarme? ¿Temer por mí? Cuanto más releo me da la impresión que Aurora sufre de algún trastorno de manicomio, suspiro para aclarar las fatigas que me agotan a medida que pienso lo grave de sus palabras, pero ya me tiene demasiado intrigado, nunca podré presumir de ser un valiente, fui un inconsciente en mis años de juventud enfrentándome a peligros por ignorante pero   ¿quién le puede temer a un manuscrito? ¿Alguna maldición oculta? Me da la impresión que tan solo se trata de cuentos de viejas para meter miedo.

            Serás el portador de un mensaje del pasado, busca entre sentimientos dudas y temores y quizás encuentres algo que conecta contigo, te conozco muy poco pero las cosas de la vida no suceden por casualidad, creo y perdóname por mi atrevimiento que existe un mensaje subliminal que enlaza con tu personalidad, una esencia que desprendes y siento decirlo ni tú mismo sabes de qué se trata, cuando leí toda la historia algo se reveló dentro de mi evocándote, no amigo mío, mis padres también lo percibieron y por ello eres merecedor por tu nobleza en tomar una decisión tan importante, no quiero ni pretendo asustarte imagino habrás cultivado tu esencia vital, tienes un magnetismo interior cargado de sensibilidad cubierta por la incredulidad ante tus posibilidades en emprender grandes retos futuros, ¿recuerdas el día que te ofrecí trabajar en alguna empresa de mi marido? No se trataba de un gesto cortés, presentí encontrarme con un hombre singular, un jovencito lleno de sueños emprendedores, muy seguro de si mismo y un carisma poco corriente.

            Incluso sometido a la presión que me causa la carta de Aurora decido continuar con su lectura arriesgando mi estado de salud, en ocasiones los dolores de cabeza son tan intensos que me provocan nauseas y trastornan cualquier actividad que exija incluso el menor movimiento físico por ello soy tan reacio a la ingesta de alcohol. La carta se compone de bloques de información con altos y bajos, la parte difícil ya me la he tragado ahora después de sus dudas y temores Aurora confiesa una despedida no menos inquietante, soy el portador de la única  traducción del mensaje escrito en La Biblia, ella ve en esta decisión acabada su responsabilidad por su descubrimiento donando como legado su revelación o destrucción por mí parte, me dice que viajará hasta Israel con destino el museo Yad Vashem conoce a un importante directivo en esta institución, por motivos obvios no revelaré su nombre, este museo esta erigido en la memoria de 6 millones de judíos exterminados víctimas inocentes del Holocausto nazi.

            Ha necesitado meses para solicitar una cita con este hombre para los preparativos de una ceremonia privada en donar todos los recuerdos que dejó su fallecido padre, una muestra en cerrar un capítulo en forma de ofrenda dolorosa para dar la paz a tantos fantasmas que vagan errantes en el purgatorio de la conciencia humana, La Biblia no volverá a ver la luz ni será profanada jamás por la mano del hombre, una vitrina blindada será su sepulcro en la eternidad del olvido, un objeto sagrado que contiene la energía de quienes derramaron lagrimas de sangre al sacrificar sus vidas mientras Dios no estaba atento en escuchar los gritos desgarradores con los que imploraron sus hijos a pesar de no estar educados en la religión cristiana.

            Una muy generosa donación económica por parte de Aurora a conseguido abrir puertas a su intención de aliviar el dolor y la pena que la atormentan desde que juntos nos encontramos un hallazgo que temo no a sucumbido a través de quinientos años, a dedicado por lo que relata en su carta muchos años de su vida en llegar hasta el final como un intento de preservar la integridad moral de su difunto padre. La carta la he leído varias veces intentando ver entre líneas el rostro de mi amiga Aurora, me siento conmovido a pesar de los años transcurridos, miro el vacío que se llena de imágenes con todos los seres con los que he compartido momentos gratos de mi vida y hoy no se encuentran a mi lado y sin poder contenerme lloro en silencio sintiéndome afortunado por estar solo, pocas veces he llorado por la vergüenza en sentirme débil ante los ojos de quien pueda verme, un torrente de emociones contenidas que alivian el dolor de cabeza y mi tristeza.

 

 

viernes, 28 de septiembre de 2012

CAPITULO LXVI, La mano negra.


 

 

 
  

                                                           CAPITULO LXVI
                                                              La mano negra

 
 

            Esa madrugada nos portamos como niños, comenzamos a beber brindando por los ausentes, por la amistad, por los recuerdos, por los hombres buenos y por cualquier chorrada que se no ocurriera, Aurora rió con el sonido de un cascabel, lloró con lágrimas que inundaron su rostro, ahogamos en el alcohol el dolor y la soledad por nuestros seres queridos, al día siguiente la cabeza me iba a reventar y tendría que apurarme en pasar por el hotel y embarcar rumbo a Gran Canaria, ¡¡coño!! Cuanto la echo de menos.

            Gracias a las gestiones de Aurora llegué con tiempo suficiente al aeropuerto, me sorprendió cuando entregué la tarjeta de embarque y me indicaron por donde dirigirme a la clase business no señorita creo que hay un error, jovencito su tarjeta es de clase preferente pero si no le gusta puedo cambiarle, no, no, disculpe, está bien, sonreía cuando recordé la tardanza de Aurora cuando me dijo que ella se encargaría de todas las gestiones de mi vuelo, se había empeñado en hacerme un regalo de agradecimiento por todo lo que le había aportado tanto a ella como a sus padres y como siempre apelé a mi sentido de evitar cualquier compromiso para dejar pendiente alguna deuda de cualquier tipo, no me gustan los lazos que me puedan unir a encuentros de rememorar vivencias ni asfixiar de nuevas noticias sentimientos que ahora mismo ya son recuerdos del pasado, la evolución de las personas está sujeta a continuos cambios impuesta por los devenires de cada uno en su propia vida, en muchas ocasiones he retomado antiguas amistades comprobando con desilusión que ya no se trata de la misma emoción que conocí hace años, prefiero saber de la buena salud de todos sin ilusionarme o involucrarme, arrastrar la carga de viejos recuerdos se puede convertir en un lastre que me impide avanzar por nuevos caminos, prefiero dejar buenos recuerdos a heridas sin acabar de suturar, la vida a mi entender hay que disfrutarla cuando la edad marca un tiempo para ello, soy de la opinión de llegar a madurar cuando la naturaleza me muestre en su menú todos los platos a degustar.

            Ya en Las Palmas de Gran Canaria tenía compromisos importantes, se me acababan los permisos para trabajar en el extranjero para cumplir sin excusas de prórrogas con el servicio militar, la suerte y el destino volvían a sonreír, excedente de cupo en el sorteo de quintos, en mis manos feliz la cartilla militar que me daba la libertad para hacer lo que me diera la gana, fueron tres meses de vivir intensamente, recordaba ir hace años en vacaciones a la playa y comentarle a un amigo que la chica que estaba con su familia y amigas tomando el sol en la arena sería mi futura esposa, mi amigo me miró y riéndose me dijo, coño, tú y tus gilipolleces de siempre, no cambias con la edad. Ella tenía quince años, yo dieciocho, hoy, cuando escribo estas palabras pienso en ella tan enamorado como entonces, cuando le confieso a mi hija tales confesiones en mi edad actual tuerce el gesto con comentarios como, papa te estás convirtiendo en un viejo senil, bueno, lo asumo, treinta y cuatro años que conozco a mi esposa y veinticinco de feliz matrimonio, estado actual de cuentas dos hijos maravillosos y muy feliz (yo, por lo menos).

            A veces preparas planes y las cosas se tuercen para retomar nuevos rumbos en tu vida, mi trabajo en Venezuela había llegado a su fin, cuatro años de viajar lejos de mis padres y familia, las circunstancias habían cambiado, el país que me dio la bienvenida con los brazos abiertos estaba cambiando hasta límites peligrosos, los extranjeros residentes temían por sus vidas, el índice de revueltas, asaltos, secuestros, asesinatos e inseguridad ciudadana no hacia factible ir en busca de El Dorado jugándote el culo por ello, estas circunstancias y los desacuerdos dentro de la empresa de mi tío le obligaron a tomar la decisión de cerrar contrato para verme desvinculado de mis obligaciones. A todo esto tenía que sumar de mis propias acciones en mis horas libres y actuaciones que pudieran conllevarme a compromisos delicados con gente peligrosa de cojones, antes de abandonar en mi último viaje tierras venezolanas mi curiosidad por buscar nuevas experiencias contacté con un grupo de jóvenes de una facción radical de lucha armada que se hacían llamar la mano negra, pero permitidme obviar detalles que se escapen de la verdadera esencia de esta narración y pasemos a otra cosa.

            Intenté invertir en mi propio negocio y con ello conseguí enfermar de rabia e impotencia, estafado por un particular y por abogados de mierda que no consiguieron recuperar mi dinero y mi frustración, en Venezuela o en Colombia te asaltaban a punta de pistola cara a cara, aquí, lamentablemente te asaltan con un bolígrafo y un contrato para sacarte todo lo que puedan, primera lección para aprender y no olvidar. Dos años de dar tumbos y veintisiete condenado a trabajos forzados, conseguí incorporarme a trabajar en una de las mayores empresas de venta de España, evolucioné y aprendí, errores y victorias de incesante lucha sintiéndome útil y valorado por mi trabajo, se me daba muy bien el palabrerío fácil para convencer de lo que vendía era de lo mejor y así continuaba avanzando en el tiempo y cargando experiencias que no siempre y sobre todo los dos últimos años ya aventuraba llegarían a ejecutarme con mi salida de la empresa por la que tanto había sacrificado, y a pesar de todo, no me arrepiento absolutamente de nada de lo que he hecho, no añoro tener unos años menos, no, rotundamente, casi siempre he decidido mi propio camino y de no ser posible otros se han encargado de darme pasaporte, lo importante siempre será tener la conciencia tranquila por todo lo que dejas atrás, mejor dejar buenos recuerdos o intentarlo evitar manchar como un caracol las babas de tu rastro.

            Murió mi padre, un duro golpe difícil de encajar pero admisible en la rueda del tiempo, años más tarde mi madre también le acompañó en el cielo de la gente buena, años de lucha por hacer de su enfermedad un poquito mejor e intentando con todos los medios estuviera lo mejor atendida posible, las visitas a mi madre en la casa de mi niñez las hacía cuando el dolor por verla me atormentaban sin entender porqué el destino de algunas personas está marcado por el castigo de la enfermedad y el sufrimiento, años más tarde decidimos que lo mejor sería una residencia particular donde estaría controlada día y noche por personas cualificadas en paliar la desgracia de la vejez, ya no sabía quién era yo ni reconocía a sus familiares las cosas se habían complicado con una plaga moderna devastadora, el alzhéimer. A partir del fallecimiento de mis progenitores dejé de visitar la casa con que había compartido tantos recuerdos ahora vacía en la que los objetos cotidianos me traían recuerdos de tiempos felices, humildes pero cargados en emociones que cada uno vive de forma en mayor o menor intensidad.

            Pocos meses para asumir que me encontraba sin empleo con una edad inadecuada a las necesidades de muchos empresarios que demandaban esclavos víctimas de la crisis que nos azota como una maldición cada vez que vemos noticias en cualquier medio de información, España se va a la mierda, muchos pensamos en tiempos pasados y las posibles consecuencias por un futuro oscuro. Mi mujer me ha comprado un portátil para entretenerme, uno de los regalos que no esperaba ya que no se me van los ojos por las nuevas tecnologías pero si le veo la utilidad para conectar de forma rápida y sencilla con mi hija establecida en Madrid en sus estudios de la carrera de derecho, incluso pienso por mis últimos años de experiencia laboral que todavía puedo continuar aprendiendo para agilizar mi hábito por escribir y por la lectura, con el temor por enfermedades que consigan reblandecer mis neuronas necesito tener la cabeza ocupada con actividades que marquen una pauta de conducta y disciplina mental para mantenerme despierto a la vez conecto con amistades de mi hija, aprendo de ellos y sobre todo he vuelto a reír, un sano ejercicio que practico para dolor de mi esposa y amistades con las que comparto mi tiempo libre.

            ¿No tienes un hijo? Se estarán preguntando, efectivamente, con la misma edad con la que yo decidí marcharme en busca de mejorar y progresar, cada vez que hablo o comparto alguna actividad a su lado me recuerda cuando yo era joven, tan solo un muchacho al que admiro por ser tan inteligente, sagaz, atrevido, imaginativo, creativo y por supuesto un pequeño cabrón como lo era yo a su edad, de lengua afilada y de humor satírico, un ejemplo y un orgullo de padre. Pero volvemos a desviarnos del tema, hace pocos años volví a la casa de mis padres para enfrentarme a mis fantasmas, con nostalgia me reencontraba con tantos libros de los que había disfrutado en sus páginas, fotos de niño, juguetes olvidados, dibujos cuando estaba en Bellas Artes, absorto contemplaba los cuadros realizados por mi padre, un Guernica hecho con trozos de cuero pintado en relieve reflejo del horror de la guerra y tantos y tantos cachivaches pero algo fuera de contexto me llamó la atención, mi habitación mantenía el orden desde hacía ya más de treinta años y no recordaba haber dejado un sobre de color sepia medio escondido entre los libros de la estantería.

            Un sobre al que le di vueltas y revueltas, las pocas sorpresas que he descubierto me gusta disfrutarlas como un buen vino, sentir en mis manos quizás algo más que el material con el que está hecho, un sobre con nombre y apellidos y la dirección de mis padres, abobado compruebo que está dirigido a mí y ello me causa una cierta desazón por sentirme protagonista de alguien que quiere informarme de algo, todas estas cavilaciones pasando como un rayo por mi cabeza para intentar descubrir como si fuera tonto al autor del envío. A muchos jóvenes en la actualidad del siglo XXI les puede sorprender que en el año 1977 la gente se comunicaba quedando para hablar dando la cara en muchos lugares para ello, cuando la distancia era muy grande escribían cartas con el esfuerzo de empuñar con valentía un objeto que le llamaban bolígrafo para transmitir sus ideas transformadas en palabras para dar a entender la coherencia de sus mensajes, si no fuera posible tamaña hazaña nos rascábamos los bolsillos buscando las ya fallecidas pesetas en diferentes monedas para acercarnos a una cabina de teléfono y llamar a quien tuviera la suerte y la posición social para tener uno en casa.

jueves, 27 de septiembre de 2012

CAPITULO LXV, Revelaciones.



 

                                                                       CAPITULO LXV
                                                                          Revelaciones

 

 

            Aurora comenzó por intentar sonreír, se frotaba las manos encandilándome con el suave tintineo de sus pulseras al rozar en la mesa de madera pulida, me pidió disculpas por un recibimiento tan frío a la vez me daba las gracias por haber conseguido que su padre recibiera el cariño y la atención es sus últimos días de vida, no respondí a sus halagos mostrando indiferencia, mantenía firme la mirada a la espera que más quería de mí, ahora yo manejaba la situación y ella se veía indefensa por saber por dónde continuar.

            Aflojé la correa para darle un poquito de cuerda entrando a por todas, impulsé un poco el cuerpo hacia delante para darle a entender que no quería perder el tiempo, un gesto cargado con la intención de levantarme y no seguir escuchando memeces de una hija pija y malcriada, Verá, continuó dando conversación, atento a sus palabras entendí la distancia que había creado al darme el trato de usted, un gesto muy fino por parte de quien se creía estar en una posición social por encima de los plebeyos como yo, Aurora posiblemente casi doblaba mi edad y si no iba a recriminarme algo no me gustaba verme en un despacho a pesar de ser una hembra de gran calibre.

            No sé de que hablaron usted y mi padre, mi madre dice que pasaron muchas horas conversando aquellos días previos a la celebración de la fiesta, así es, le contesté, ella se quedó en silencio a la espera de que quizás yo le contara algo que le pudiera interesar, en vista del silencio que se me hizo insostenible decidí atacar sin nada que perder ¿Quién cojones se creía esta señora? Verá señora, a pesar de saber su nombre obviarlo me pareció una muestra de desprecio, lo que su padre, que en paz descanse me contó, con todo mi respeto creo que no es de su incumbencia, su padre, era una persona respetable y de honor y no seré yo quien traicione su memoria contando hechos de su vida si usted no los sabe, las conversaciones fueron un acuerdo tácito por mi parte en no revelarlos a nadie, su padre se encontraba en una fase de su enfermedad que probablemente debido a la soledad me ofreció amistad sin ser consciente de ello, no creo que tengamos nada más que hablar señora y ahora si me disculpa me tengo que marchar, mañana cojo un vuelo a mi tierra y me encuentro un poco cansado.

            He venido hasta aquí por el cariño que le tengo a su madre, pero…dejé un intervalo de segundos para contestar con un tono de ironía, no he venido para que me dé la charla, no necesito nada así que si me disculpa, hice el gesto de levantarme y me fijé que Aurora se mordía el labio en señal de derrota, le ruego espere hasta que termine de contarle, por favor, no puedo ser tan cabrón cuando una mujer me pide algo así que intrigado volví a sentarme, sé que no he actuado correctamente pero le ruego me escuche y después si así lo quiere es libre de marcharse, había cambiado el tono de voz con un punto de humildad ¿se acuerda el día que limpiaron el trastero del sótano? Claro que si, contesté, fue el día que conocí a sus padres, pues bien, contestó Aurora, encontré algo que me ha dejado intrigada y me gustaría que lo viera y me diera su opinión.

             Aliviados abandonamos el despacho cada uno pensando en la lucha dialéctica que habíamos mantenido hace un momento, uno al lado del otro y ella me comenta, tiene usted el típico carácter latino, no se arruga para decir las cosa a la cara ¿se dice así no? Sonrío y me rio, nos reímos juntos, verá Aurora reconozco que tengo carácter fuerte pero no soporto que intenten humillarme, nuevas disculpas y nuevas risas, ¿no te interesaría trabajar en la empresa de mi marido?, No, lo siento, soy feliz como estoy y tengo mis padres lejos, ellos también me necesitan y lo menos que puedo hacer es aportar un poco de cariño para compensar lo que me han dado en la vida, un señor con dos cajones, ¿es así como dicen en España no? Con dos cojones Aurora, nuevas risas, empezaba a caerme bien la Sra. estirada, ¿Por qué será que a los extranjeros les encanta aprender tantas palabrotas? Imaginaba que esta señora hablaba varios idiomas, detalle que hizo la admirara incluso por tener un peculiar sentido del humor igual que su difunto padre.

            Llegamos al sótano donde se encontraban un sinfín de trastos amontonados, muebles viejos, cajas con juguetes antiguos, bicicletas oxidadas, incluso un piano tapado con una lona para evitar que se llenase de polvo, pero Aurora esperaba impaciente al lado de una maleta de madera, apliques metálicos sin brillo y con unas cintas de cuero gastado que a modo de cinchas evitaba que se abriera por accidente, juntos la abrimos y ella se quedó a la espera de ver mi cara de asombro, se la veía radiante y contenta por verme la cara, junto a varias carpetas amarillentas y manchadas se veía claramente el dibujo del águila sobre dos alas y en el centro la esvástica nazi decolorada por los años, con los ojos desorbitados le pregunté ¿la maleta de tu padre cuando escapó de Alemania? Efectivamente, contestó, continué mirando al apartar los documentos y casi me caigo de culo, una pistola Luger sobre un uniforme doblado cuidadosamente con las calaveras plateadas en el cuello y la cruz de hierro ¡¡mierda!! Exclamé asombrado, no era lo mismo ver películas en el cine a contemplar una reliquia del pasado.

            Aurora sacó de la maleta lo que parecía un libro pequeño metido en una funda de cartón rígido del mismo color morado y cuando me lo entregó comprobé que se trataba de La Sagrada Biblia con gastadas letras doradas en su tapa y en el lomo, una versión posiblemente que fabricaron para el ejercito en aquellos años, sin pensarlo abrí al azar por la mitad del libro, sus hojas apretadas en bloque también lucían el típico color dorado en sus terminaciones, un libro sagrado con el que seguramente Mr. Otto encontraba consuelo con un mundo que se había vuelto loco dejados de la mano de Dios, al principio me pareció bastante antigua por sus finas hojas, muy similares a la piel de una cebolla, al abrirla por instinto pasé una mano sobre la página con el fin de retirar las pequeñas manchas que llenaban por entero las hojas sin espacios libres en sus bordes, me di cuenta que había algo que se me escapaba o no entendía, Aurora disfrutaba con la cara de extrañeza que ponía al contemplar cualquiera de las hojas de La Biblia, la miré con un gesto para que me diera alguna pista, parecían cagadas de cucarachas cubriéndolo todo.

            A mí me sucedió lo mismo, al mirar con detalle apreciaba que seguía un orden por lo que se trataba de escritura, alguien se había dedicado a escribir un largo texto con un tipo de lenguaje que no conocía, además estaba escrito con letras apenas visibles por lo minuciosamente pequeñas, Aurora ya sabía que me entusiasmaría tal hallazgo por lo que me entregó una lupa enorme para poder apreciar con detalle tan minucioso trabajo, al pensar en ello me estremecía al recordar la narración del Sr. Otto, ¡¡claro!! Estaba escrito en yiddish, estaba escrito por manos judías, posiblemente con la misma técnica empleada en la falsificación de los billetes de libras esterlinas, alguien se había molestado en escribir en los espacios libres de los márgenes de las hojas de una Biblia cristiana, juntos, sentados en el suelo parecíamos chiquillos entusiasmados con juguetes nuevos, los dos hablábamos sin parar haciendo todo tipo de conjeturas sobre el mensaje que podían contener aquellos textos ¿Por qué escribieron en una Biblia? Se nos ocurría una conjetura simple, quien lo hizo sabía del fin de su vida y quiso dejar un testimonio escrito para quien lo encontrara en un futuro, le pregunté a Aurora si conocía toda la vida de sus padres, solo retazos sueltos sin detalles, por eso necesitaba hablar contigo, mi madre siempre me dijo que olvidara el pasado.

            Mi vuelo saldría al día siguiente por la tarde, Aurora ya no era la bruja del cuento, me había involucrado en un hallazgo increíble, tocaba la superficie de las hojas con el corazón afligido por quien había tenido en sus manos un legado desconocido, sentía la congoja por el prisionero que tuvo la desgracia de ser judío conocedor de una muerte segura de manos de asesinos que buscaban el total exterminio de una raza y encontró la forma de traspasar la seguridad de un campo de exterminio para escribir con el arte de unas letras de caligrafía casi perfecta. Esa noche reunidos en la cocina hablamos como si nos conociéramos de toda la vida, me sentía pletórico en conectar con alguien que poseía la bondad de sus padres y una inteligencia cultivada por años de estudio y experiencias en muchos países del mundo, por supuesto también tenía una buena dosis de mala leche pero reconozco que incluso yo no sabría cómo reaccionar ante los últimos acontecimientos, quizás el texto no tuviera nada de especial, podía tratarse incluso de una larga lista de la compra producto de los desvaríos por el hambre en prisión, Aurora me mira muy seria con gesto de disgusto, perdón no quería hacer una broma de algo tan trágico admití, una gran carcajada por parte de ella y señalándome con el dedo me decía, eres un poco hijo puta ¿no? Ahora era yo el sorprendido, me reí por el desparpajo para contraatacar de esta mujer tan especial.

            Fue una de las pocas ocasiones en las que no tenía ganas de dormir, pusimos un gran mantel de hilo sobre la mesa de la cocina, Aurora trajo lámparas con las que centró la iluminación sobre la Biblia de su padre ¿crees que mi padre sabía de su existencia? Me preguntó, en silencio medité un instante para responderle que posiblemente si lo sabía, aventuro que se trata de algún tipo de acuerdo con algún prisionero con el que entabló amistad a escondidas de sus superiores, realmente tu padre era una persona que actuaba según su conciencia y bajo los dictámenes de su corazón ¿Quién sabe Aurora? Ya eso no importa, a veces perdía el hilo de la conversación entre las lagunas de su mente por la enfermedad que padecía, lo importante es descubrir qué significado tiene todo este misterio, Aurora mientras tanto sacó de un cajón unos guantes blancos con los que el personal de servicio realizaban su trabajo en la casa, con increíble mimo depositó bajo la luz La Biblia para observarla con el éxtasis de un descubrimiento solo para nuestros ojos asombrados.