CAPITULO LXVII
Conexiones
con el pasado
¡¡Vale, bueno!! Es posible que
exagere un poco pero el noble arte de la caligrafía hablaba de quien lo había
hecho, hablaba de su personalidad tan solo por los rasgos característicos en la
escritura, se transmitía una parte de cada uno por preservar la propia
identidad y la personalidad de su autor. Tranquilos, ya le he dado la vuelta al
sobre y me quedo asombrado con lo que contemplo, vuelvo a rebobinar en mi
cabeza lo que ya no esperaba, el remitente, con una caligrafía excelente y
depurada ha preferido hacerme llegar un sobre dedicando su tiempo y manteniendo
un estilo de secretismo obsoleto para hacerme sabedor de su existencia, un
sobre enviado por Aurora con treinta años de atraso en mi actual vida.
He tenido que sentarme en la soledad
de una casa que respira silencio con una calma de presagios guardados ante el
mundo e invisible a la lucha interna por contener las emociones del hallazgo,
palpo el sobre como el niño que intenta averiguar la sorpresa de su interior,
soy consciente que al abrirlo se difuminará la ilusión, ya no existirá la magia
infantil por saber de su contenido, descubro un bultito de algo duro en su
interior mientras abro con cuidado el precinto con el que está cerrado, por la
imprimación de los sellos de correos se me hace imposible averiguar en qué
fecha enviaron el sobre y el remite corresponde a una dirección en Nueva York,
posiblemente de una oficina tratándose de una zona financiera donde recuerdo me
comentó Aurora tenían una de las muchas sucursales de la empresa multinacional
que dirigía su marido, el gordinflón posiblemente amanerado que conocí hace ya
muchos años.
No puedo calificar de decepción al
ver un folio escrito del puño y letra de Aurora, como es lógico la cabecera de
la carta habla de los deseos por el bienestar por mis padres y familia en
general que leo de un tirón sabiendo que la educación obliga a iniciar
cualquier carta redactada con intenciones copiadas como un cliché impuesto de
toda la vida, cuando escribió esa carta ella desconocía lógicamente que mis
padres ya no viven y que incluso yo tengo mi propia familia por la que me
desvelo en mantener lo más unida posible en unas situaciones cambiantes según
aparecen nuevos problemas o sencillamente retos por los que luchar en una
sociedad tan competitiva.
Por su tipo de letra deduzco el
nerviosismo al transmitir el mensaje, escrito con palabras muy marcadas en el
papel en lo que demuestra la presión al sujetar el bolígrafo, a pesar de la
pulcritud y el orden en renglones veo palabras que se diluyen perdiendo la
natural conexión entre el cerebro que ordena y la mano que ejecuta la acción de
escribir, me pone en antecedentes para recordarme la famosa Biblia que
descubrimos y la extrañeza de no volver a saber nada de mí, me explica que por
mediación de mi amigo Aurelio pudo conseguir la dirección de mis padres para
contactar conmigo, hablaba de viajes que tuvo que realizar para encontrar a
alguien de confianza para traducir lo que habían escrito en el sagrado libro.
Tardó un tiempo en encontrar alguien de confianza y posteriormente obligarle a
guardar secreto ante abogados e incluso un notario, absolutamente nadie podría
revelar la historia escrita después de su traducción al alemán, un claro error
ya que posteriormente sería traducida nuevamente al español viendo el origen de
su protagonista, se trataba de la vida de un joven nacido en España en el año
1500 sus andanzas por medio mundo con descripciones detalladas de cómo se vivía
en el siglo XVI, he leído hasta esta revelación y ya empiezo a sudar, me
imagino al moderno de mi hijo si le cuento de que va este rollo y seguramente
me dirá ¿qué me estas contando? ¿qué farra es esa? Viejito ¿alucinas? O ¿te has
fumado un porro caducado?
Rápidamente mi cabeza empieza a
cavilar qué sentido tiene toda esta trama, ¿Qué tiene que ver la segunda guerra
mundial con el siglo XVI? Vuelvo a releer la carta y no hay error, cada vez me
veo más atontado y decido continuar leyendo, Aurora me repite continuamente que
no me voy a creer algo tan inaudito, ¿porqué un prisionero judío iba a escribir
un relato tan distante en el tiempo? Me siento agotado, reconozco comerme la
cabeza con acertijos raros pero esto es un jeroglífico que me queda muy grande,
paciencia me repito, termina de leer, Aurora me revela que se trata de un
manuscrito posiblemente copiado del original, su protagonista, un jesuita
atormentado por inquietantes revelaciones en la búsqueda de su propia identidad
con un fenómeno acaecido siendo un niño, cada vez entiendo menos, Aurora me
dice que ha procurado apelar a la garantía de que este sobre me llegara como un
legado en muestra de agradecimiento, tendrás que leer el contenido completo
para que emitas una opinión sobre algo que a mí me ha trastocado.
Sacudo el sobre y cae en mi mano un
pendrive, conozco estos cacharros por mis hijos, almacenan películas, videos,
fotos, documentos y todas las mierdas con las que con sus amistades establecen
sus mercadillos en informaciones encriptadas, coño, me estoy haciendo viejo
para ver este tipo de avances tecnológicos y encima esta buena señora ¿se
piensa que controlo esta vaina? En fin, continúo leyendo. Encontrarás todo el
dossier comprimido en un pendrive que también acompaña esta carta, menos mal
que me lo advierte, por su forma seguramente lo hubiera utilizado como un
supositorio acabando por iluminar mi alma vía rectal, la lectura te resultará
amena, pesada, intima, agresiva, terrorífica y un sinfín de sensaciones a
medida que termines de leerla, ten paciencia para que puedas entender la
totalidad de su contenido y te aseguro amigo mío que llegarás a asombrarte como
lo he hecho yo, dispón de ella para lo que quieras, tienes mi aprobación para
que hagas lo que creas más oportuno pero te advierto que si decides que vea la
luz te aseguro nadie va a creer sus revelaciones.
Arriesgas que caigan sobre ti
fanáticos religiosos, teólogos, eruditos, historiadores y una larga cola de
detractores por lo que vas a leer, puede resultar incluso peligroso, si opinas
lo mismo destruye la memoria y olvídalo, me inquieta la conexión casual que
puede implicarte en este manuscrito y temo por ti ¿implicarme? ¿Temer por mí?
Cuanto más releo me da la impresión que Aurora sufre de algún trastorno de
manicomio, suspiro para aclarar las fatigas que me agotan a medida que pienso lo
grave de sus palabras, pero ya me tiene demasiado intrigado, nunca podré
presumir de ser un valiente, fui un inconsciente en mis años de juventud
enfrentándome a peligros por ignorante pero
¿quién le puede temer a un manuscrito? ¿Alguna maldición oculta? Me da
la impresión que tan solo se trata de cuentos de viejas para meter miedo.
Serás el portador de un mensaje del
pasado, busca entre sentimientos dudas y temores y quizás encuentres algo que
conecta contigo, te conozco muy poco pero las cosas de la vida no suceden por
casualidad, creo y perdóname por mi atrevimiento que existe un mensaje
subliminal que enlaza con tu personalidad, una esencia que desprendes y siento
decirlo ni tú mismo sabes de qué se trata, cuando leí toda la historia algo se
reveló dentro de mi evocándote, no amigo mío, mis padres también lo percibieron
y por ello eres merecedor por tu nobleza en tomar una decisión tan importante,
no quiero ni pretendo asustarte imagino habrás cultivado tu esencia vital,
tienes un magnetismo interior cargado de sensibilidad cubierta por la
incredulidad ante tus posibilidades en emprender grandes retos futuros,
¿recuerdas el día que te ofrecí trabajar en alguna empresa de mi marido? No se
trataba de un gesto cortés, presentí encontrarme con un hombre singular, un
jovencito lleno de sueños emprendedores, muy seguro de si mismo y un carisma
poco corriente.
Incluso sometido a la presión que me
causa la carta de Aurora decido continuar con su lectura arriesgando mi estado
de salud, en ocasiones los dolores de cabeza son tan intensos que me provocan
nauseas y trastornan cualquier actividad que exija incluso el menor movimiento
físico por ello soy tan reacio a la ingesta de alcohol. La carta se compone de
bloques de información con altos y bajos, la parte difícil ya me la he tragado
ahora después de sus dudas y temores Aurora confiesa una despedida no menos
inquietante, soy el portador de la única
traducción del mensaje escrito en La Biblia, ella ve en esta decisión
acabada su responsabilidad por su descubrimiento donando como legado su
revelación o destrucción por mí parte, me dice que viajará hasta Israel con
destino el museo Yad Vashem conoce a un importante directivo en esta
institución, por motivos obvios no revelaré su nombre, este museo esta erigido
en la memoria de 6 millones de judíos exterminados víctimas inocentes del
Holocausto nazi.
Ha necesitado meses para solicitar
una cita con este hombre para los preparativos de una ceremonia privada en
donar todos los recuerdos que dejó su fallecido padre, una muestra en cerrar un
capítulo en forma de ofrenda dolorosa para dar la paz a tantos fantasmas que
vagan errantes en el purgatorio de la conciencia humana, La Biblia no volverá a
ver la luz ni será profanada jamás por la mano del hombre, una vitrina blindada
será su sepulcro en la eternidad del olvido, un objeto sagrado que contiene la
energía de quienes derramaron lagrimas de sangre al sacrificar sus vidas
mientras Dios no estaba atento en escuchar los gritos desgarradores con los que
imploraron sus hijos a pesar de no estar educados en la religión cristiana.
Una muy generosa donación económica
por parte de Aurora a conseguido abrir puertas a su intención de aliviar el
dolor y la pena que la atormentan desde que juntos nos encontramos un hallazgo
que temo no a sucumbido a través de quinientos años, a dedicado por lo que
relata en su carta muchos años de su vida en llegar hasta el final como un
intento de preservar la integridad moral de su difunto padre. La carta la he
leído varias veces intentando ver entre líneas el rostro de mi amiga Aurora, me
siento conmovido a pesar de los años transcurridos, miro el vacío que se llena
de imágenes con todos los seres con los que he compartido momentos gratos de mi
vida y hoy no se encuentran a mi lado y sin poder contenerme lloro en silencio
sintiéndome afortunado por estar solo, pocas veces he llorado por la vergüenza
en sentirme débil ante los ojos de quien pueda verme, un torrente de emociones
contenidas que alivian el dolor de cabeza y mi tristeza.
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